
No sé cuantas «modas» he conocido en todo este tiempo.
Modas que nos decían que íbamos a conseguir ser diferentes, a marcar tendencia y que nos reconocerían gracias a «subir» a la moda en cuestión.
Y como queremos no ser diferentes, sino que se nos distinga como diferentes, allá que vamos.
Nos subimos a dónde sea para ser diferentes, para alcanzar por fin ese éxito que se nos escapaba y mostrar a los demás que somos únicos, que desprendemos éxito y un conocimiento excelente acorde con los tiempos.
¿Qué acaba ocurriendo?
Que lo mismo que has hecho tú, que lo mismo que has pensado, lo ha pensado mucho gente más.
Por lo tanto, toda la gente que acaba haciendo lo mismo, llega a la misma conclusión, utiliza los mismos métodos. Y dónde queríamos ser diferentes, acabaremos siendo iguales que los demás.
A día de hoy todo está relación con el Dato.
Se basa las decisiones en los datos. Se contratan consultores en función de los datos. Contratamos a gente en función de los datos que ha alcanzado. Estudiamos los datos hasta la saciedad para que nos de la solución correcta.
Todo es dato.
¿Pero qué acaba ocurriendo?
Que tarde o temprano todos acabarán pensando lo mismo con los mismos datos.
¿Por qué?
Porqué una vez que uno diga una conclusión respecto a los mismos, todo el mundo lo seguirá. Nadie querrá contradecirlo, nadie querrá dudar de lo que ha dicho, nadie querrá ser la persona que se sale de lo establecido.
¿Y a dónde quiero llegar?
Que el ser humano es CREATIVO.
Que gracias a las ideas diferentes, hemos avanzado dentro de lo establecido.
Que una idea diferente ha dado una visión de la situación que hasta la fecha o no se quería tener en cuenta o no se quería expresar por las consecuencias.
Las nuevas tecnologías nos pueden ayudar en muchas situaciones del día a día profesional pero todas ellas nos llevan a pensar lo mismo, a hacer lo mismo que los demás, ¿Dónde está la innovación? ¿Dónde está la creatividad en un pensamiento uniforme?
La creatividad siempre ganará al dato.