La cultura empresarial de la duda.

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Me he criado como muchos de mi generación, en una sociedad en la que dudar estaba mal visto.

Dudar era de una persona que no confiaba en sí mismo, que creíamos que el miedo le había atenazado a la hora de tomar una decisión, perdiéndonos su talento por el miedo que padecía.

Dudar era una muestra de debilidad y en el mundo actual, en el mundo empresarial, eso jamás nos lo podíamos permitir.

Pero al igual que ha pasado con muchas palabras , con las dudas no tenemos el concepto real que tiene la palabra.

La duda es una de las máximas expresiones de una persona creativa, de una empresa que tiene a la creatividad como uno de los valores de su cultura empresarial.

Si llevábamos a la creatividad con esa percepción negativa, pensamos que una empresa que duda, es una empresa que:

.- No confía en lo que está haciendo.

.- No confía en las opiniones de sus compañeros

.- No confía en lo que le dicen los clientes y los proveedores.

Una empresa que duda es una empresa que no confía en nada ni en nadie.

¿Y cómo puede ser una empresa creativa que duda de todo?

Porqué la duda es la mayor expresión de una empresa creativa, de que se cree en la creatividad.

Una empresa que duda de todo, que desconfía de todo, es una empresa que no quiere escuchar las opiniones diferentes a sus rutinas, a sus apegos, a sus creencias. Ideas que pueda poner «patas arriba» su tradición, sus predicciones, en definitiva….SU TRANQUILIDAD.

Una empresa que duda de lo nuevo, es una empresa que está predestinada a morir más pronto que tarde.

¿Qué ocurre cuando una empresa duda de si mismo? ¿Qué ocurre cuando una empresa sabe que no son sus normas y que han contratado a personas mejores que ellos para hacer mejor a la empresa? ¿Cuándo siempre está dudando de lo que ha hecho aunque haya alcanzado el éxito?

Que siempre está apostando por la MEJORA CONTINUA y con ello por la CREATIIVDAD.

En un caso la duda bloquea y nos apega a lo conocido , sin embargo en el otro caso, la duda alienta y nos impulsa a seguir creando y creciendo.

¿Pero qué ocurre?

Que vivimos en un management y una forma de liderar apegadas a las normas, al sillón y a la estabilidad . Un management que nos hace creer que si todo está «tranquilo» todo está en orden, cuando en realidad, es el principio del tsunami de su muerte «empresarial», de confianza y de creatividad.

¿Y por dónde empezamos?

Como diría algún cantante o gurú de la motivación, repitiéndonos una y otra vez «Que nada es para siempre» y » Que acerrarte a un éxito, es estrangularlo como a tu creatividad»:

Una vez alcanzada una meta, tenemos que saber que no está al 100%, que siempre se puede hacer mejor, que no estaremos satisfaciendo a todos los clientes por igual, ya que cada uno lo querrá de una manera diferente en función de sus intereses o necesidades.

Dudar de tus éxitos, de tus ideas que te han dado el mayor de los reconocimientos, quiere decir que siempre quieres dar lo mejor a tus clientes, a tus fans, a los que creen en ti.

Por lo tanto, la duda, es la mayor muestra de consistencia de una marca. De una marca que siempre quiere crear, que lucha por innovar acorde a lo que siente, a las necesidades de sus clientes.

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