
A día de hoy, le damos un valor escaso a la creatividad.
No entendemos porqué tenemos que pegar un precio mayor a un servicio que desprenda creatividad, que sea innovación si otro nos puede hacer lo mismo ( o eso creemos ) y por un precio menor.
¿Cuántas veces hemos escogido entre dos productos, dos servicios, el más barato porqué el otro era más caro gracias a su creatividad? ¡Muchas veces!.
¿Qué estamos haciendo? Apostar por la filosofía «Seguir tirando con lo que tenemos y si tenemos que gastar más dinero, ya lo haremos más adelante» ¿Pero ahora? A por lo más fácil.
¿Y lo creativo? Lo consideramos muy caro.
Caro es seguir apostando por lo mismo esperando que de resultados diferentes, por lo barato esperando que nos salve «el culo» y podamos seguir haciendo lo mismo de siempre sin tener que «invertir» más dinero.
Lo barato es lo que siempre acaba saliendo caro. Pero aún así apostamos por la creatividad, la innovación y el talento. ¿En serio?
La creatividad, la de verdad, la que da resultados, la que marca un impacto, no la «química», VALE DINERO.
Vale el dinero que han tardado en pensar en la idea para ayudarte.
Vale la exclusividad de la idea que han creado para ti.
Vale el talento invertido y el tiempo para que esa idea «única» para ti haga el efecto que deseas según tus necesidades.
Vale la curiosidad desarrollada, las normas rotas o las preguntas realizadas….
No es que no creamos que lo diferente, lo creativo, lo innovador no debe ser más caro , claro que lo creemos. Pero es que no lo compramos en realidad, porque seguimos creyendo que si lo «barato» nos puede salvar de una hoguera, ¿para que gastarse dinero en lo caro?
Queremos excelencia, queremos innovación, queremos diferenciación…¿Pero pagar la creatividad? Eso no, ya que no nos dará resultados fiables de que el gasto realizado y no la «inversión» de resultados mejores y más seguros que lo barato y ya conocido.
Paguemos creatividad y no mediocridad.