
Haz un recopilatorio del día que has tenido. O de la semana.
¿Dime que recuerdas como algo memorable?
De lo que hablarás serán de experiencias.
De la experiencia de haber conocido a tu jefe, de la experiencia que has tenido en la tienda que han abierto nueva en tu calle o la experiencia de haber leído ese nuevo libro que te recomendaron.
¿Qué tiene todo lo que has recordado en común?
QUE SON EXPERIENCIAS.
¿Y otra idea en común?
QUE NO ESTAMOS HABLANDO DEL PRODUCTO
No hablamos del helado que nos hemos comido, hablamos de cómo nos han atendido. No hablamos de las habilidades del nuevo jefe, hablamos de las sensaciones que hemos tenido con él.
A día de hoy todo se divide en experiencias y no tanto en el producto. ¿Por qué? Porqué el producto en muchas ocasiones, casi siempre es igual en una tienda que en otra. ¿Pero que nos diferencia?
La experiencia que hemos vivido, la experiencia que nos han ofrecido.
La gente no entiendo muchas veces porqué su producto no triunfa. Y muchas veces la respuesta es la misma, LA EXPERIENCIA QUE OFRECES.
¿Qué experiencia ofreces a tus clientes? Pero ya no solo estamos hablando de clientes, sino también a tus proveedores, a los clientes potenciales, con los actores con los que te relacionas.
Ya no nos diferenciamos por el producto, ya no nos diferenciamos por el precio que damos con nuestro producto, NOS DIFERENCIAMOS POR LA EXPERIENCIA QUE OFRECEMOS A TODA PERSONA QUE SE RELACIONA CON NOSOTROS.
Y diferenciarnos por la experiencia, no es solo tener una entrada para adultos y otra para pequeños en tu tienda y replicar el éxito en todas las tiendas.
No se trata de replicar una experiencia en todos los lados, es adaptar cada experiencia a cada persona. Porqué no podemos generalizar, tenemos que especializar cada experiencia para cada persona. Porqué lo que diga una persona no tiene que ser igual que lo que diga otra.
TENEMOS QUE ESPECIALIZARNOS.
Y para ello tenemos que aplicar la creatividad.
Porqué cada experiencia es única, como a cada persona no le gusta lo mismo, no vive en el mismo momento que nosotros.
Por lo tanto, escucha más que habla, para detectar las necesidades de ese cliente, sus emociones, su visión y su foco.
Y con ello crea una experiencia diferente para él.
Pero eso si, no quiere decir que siempre una vez creada la experiencia, le hagas la misma, una y otra vez.
NO ABURRAS, SORPRENDE.
NO HAGAS LO MISMO DE SIEMPRE, ASOMBRALO.
SIEMPRE LLEVA TODA LA EXPERIENCIA AL LÍMITE. LÍMITE QUE TE LLEVARÁ A LA EXCELENCIA CONTINUA Y A LA DIFERENCIACIÓN RESPECTO A LOS DEMÁS.
Y SERÁ UN APOSTOL DE TU MARCA, SIN QUE SE LO PIDAS.
Porqué las experiencias siempre tenemos que llevarlas al límite, no repetirlas.
Lo que recordamos son las experiencias que hemos vivido. Y si siempre volvemos a aquella empresa o negocio que ha provocado en nosotros algo diferente, una experiencia hasta la fecha jamás vivida,
SE CREATIVO EN LAS EXPERIENCIAS QUE OFREZCAS, ES LO QUE TE DISTINGUIRÁ DE LOS DEMÁS.